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Der erste Spaziergang in Syrakus und warum Pläne manchmal Pläne bleiben

  • maikebuchholz
  • 6. Jan. 2023
  • 6 Min. Lesezeit

Aktualisiert: 18. Jan. 2023


Nach einem Frühstück a la Germania (Haferflocken, Obst, Milch oder Joghurt) beschließen wir unser bereits in Krefeld gemachte Vorhaben „Fahrräder mieten“ direkt heute in die Tat umzusetzen. Ich habe nämlich seit einiger Zeit „Rücken“. Zwei Jahre bin ich fast nur Fahrrad gefahren, während der zwei ausgiebigen Lockdowns habe ich den Spaß am Laufen verloren, dazu das Sitzen im Home Office, da nützt auch all die Rückenschwimmerei nichts. In einer Art Last-Minute-Aktion habe ich zwar zu Hause noch zweimal einen Physiotherapeuten aufgesucht, das hat aber nur eine kleine Verbesserung gebracht. Für alle Fälle habe ich aber, auch schon von zu Hause aus, mit einem Osteopathen, Chiropraktiker hier in Syrakus Kontakt aufgenommen, damit es hier endlich wieder vorwärts geht.

Also auf gehts in die Stadt, Kolja hat die Adressen mehrerer Fahrradverleihstationen aufgeschrieben, die wollen wir heute abklappern und Angebote einholen und vergleichen und wenn alles gut läuft, dann auch gleich was abzuschließen. Olfaktorisch ist Syrakus übrigens kein Paradies. Es gibt relativ viele Hunde im Straßenbild (keine wildlebenden) und so riecht es an jeder Ecke nach Hundepipi. Von den anderen Ausscheidungen ganz zu schweigen, alle paar Meter begegnet einem so eine Hinterlassenschaft. Aber davon abgesehen, haben die Häuser hier einen morbiden Charme, der uns sehr gefällt.

Also los, bereits nach wenigen hundert Metern muss ich die ersten Dehnübungen machen, dann geht es wieder ein Stückchen weiter. Ich versuche während des Gehens die am wenigsten schmerzhafte Haltung zu finden und so geht es dann allmählich ein bisschen besser. Recht bald erreichen wir die Ausläufer des Stadtzentrums, sehen den kleinen Hafen von der anderen Seite, als am Vortag.


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Mehr zufällig kommen wir direkt an einem der Verleihgeschäfte vorbei, es wird offensichtlich von einem älteren Ehepaar geführt, die uns freundlich begrüßen. Wir sprechen nicht genug Italienisch, sie kein Englisch, aber mithilfe eines Übersetzungsapp, die sie auf ihrem Telefon hat, gelingt es uns, Angebot und Nachfrage zu übermitteln. Sie erklären uns, dass es keinen Sinn macht, ein Fahrrad für sechs Wochen zu leihen, es sei billiger, sich dann gleich eins zu kaufen. Sie haben welche da, neu und für 330 Euro. Und hinterher könnten wir die ja wieder verkaufen. Hm, nun ja, da haben wir noch gar nicht drüber nachgedacht. Wir bedanken uns und machen uns auf den Weg zu der nächsten Adresse, diesmal ein gewitzter Sizilianer, der vorgibt mit spitzer Nadel ein „special prize“ -Angebot (an dieser Stelle empfehle ich das nachfolgende Video, damit der wunderbare italienische Akzent, der über dieses special price Angebot noch besser im Ohr ist)



Das besondere Angebot für sechs Wochen lautet 380 Euro pro Fahrrad, zu verkaufen hat er keine. Ein weiteres hmm, wir zockeln weiter. Bei den letzten drei Adressen, die wir ansteuern, ist kein Verleih mehr zu finden. Der Rücken macht leidlich mit, wir nähern uns dem Inselchen Ortigia, dem Hauptanziehungspunkt für Touristen und Interessierte aller Art, und sehr angenehm finde ich, dass es immer wieder kleine Bänkchen gibt, wo man die Aussicht auf das Vortrefflichste genießen kann.


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Dann geht es über eine kleine Brücke und schwupps sind wir auf Ortigia, die erste Straße Richtung Domplatz, die sich, wie schon in München auf der Hinfahrt, als Luxuseinkaufsgelegenheit entpuppt. Uninteressant für uns, wir gehen stracks weiter Richtung Dom, die Strasse wird schmaler, überall gibt es, auch in den Seitenstraßen kleine Lokale, Souvenirgeschäfte und Restaurants, wir studieren die Speisekarten und können uns nicht so recht entscheiden, ob wir hier einkehren sollen oder nicht. Gut, dass wir warten, bis der Domplatz erreicht ist.


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Direkt gegenüber vom Dom finden wir ein gemütliches Lokal mit Außengastronomie, es ist so warm, dass wir sogar einen Platz im Schatten suchen. Nachdem wir die Speisekarte ausgiebig studiert haben entscheiden wir uns für eine Platte „Frutti di mare“ und was uns dann serviert wird, ist so köstlich, dass wir jeden einzelnen Bissen genießen, auch wegen des guten italienischen Essens haben wir uns für diesen Überwinterungsort entschieden.


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Beim abschließenden Espresso, schaue ich auf mein Handy, dass auch einen Schrittzähler enthält und erstaunt stelle ich fest, dass wir heute bereits 5 km erlaufen haben und dass mein Rücken, das ganz ordentlich mitgemacht hat. Wir sprechen noch einmal über die Fahrräder und kommen zu dem Schluß, dass wir sie eigentlich nicht benötigen, es ist teuer, wir bräuchten zusätzliches Equipment, wie gute Schlösser, und wenn es so bleibt wie heute oder besser wird, geht es auch ohne.

Wir bummeln weiter durch den schönen Nachmittag, ein Selfie zeigt, dass ich schon wieder einen leichten Sonnebrand habe, es ist der 5. Januar, unfassbar.


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Ortigia gefällt uns, hier gibt es viel zu entdecken, hier werden wir uns sicherlich sehr oft aufhalten und das italienische Leben genießen.

Am frühen Abend sind wir wieder zu Hause mit 9 Kilometern auf der Uhr und rechtschaffen müde.

El primer paseo por Siracusa y por qué a veces los planes se quedan en planes

Tras un desayuno a la Germania (avena, fruta, leche o yogur), decidimos poner en práctica el plan que ya habíamos hecho en Krefeld de alquilar bicicletas. Hace tiempo que tengo "espalda". Durante dos años casi sólo anduve en bicicleta, durante los dos extensos encierros perdí la diversión de caminar, además estar sentado en la oficina en casa, toda la espalda nadando tampoco ayuda. En una especie de acción de última hora, visité dos veces a un fisioterapeuta en casa, pero eso sólo supuso una pequeña mejora. Pero por si acaso, me puse en contacto con un osteópata y quiropráctico aquí en Siracusa, incluso desde casa, para que las cosas pudieran por fin empezar a avanzar de nuevo.

Así que vamos a la ciudad, Kolja ha anotado las direcciones de varias estaciones de alquiler de bicicletas, queremos ir allí hoy y conseguir ofertas y compararlas y si todo va bien, también concluiremos algo de inmediato. Olfativamente, Siracusa no es un paraíso. Hay bastantes perros en las calles (ninguno de ellos salvaje), así que hay olor a pis de perro en cada esquina. Por no hablar de los demás excrementos, cada pocos metros te cruzas con uno de ellos. Pero aparte de eso, las casas de aquí tienen un encanto morboso que nos gusta mucho.

Así que me pongo en marcha, después de unos pocos cientos de metros tengo que hacer los primeros ejercicios de estiramiento, luego continúo un poco más. Intento encontrar la postura menos dolorosa al caminar y así poco a poco mejora un poco. Pronto llegamos a las estribaciones del centro de la ciudad y vemos el pequeño puerto desde el otro lado que el día anterior.

Más por casualidad, pasamos por delante de una de las tiendas de alquiler, regentada obviamente por una pareja mayor, que nos saluda amistosamente. Nosotros no hablamos suficiente italiano, ellos no hablan nada de inglés, pero con la ayuda de una aplicación de traducción que ella tiene en su teléfono, conseguimos comunicar la oferta y la demanda. Nos explican que no tiene sentido alquilar una bici durante seis semanas, que es más barato comprarla enseguida. Allí tienen algunos, nuevos y por 330 euros. Y después podríamos volver a venderlos. Bueno, aún no hemos pensado en eso. Les damos las gracias y partimos hacia la siguiente dirección, esta vez un astuto siciliano que pretende tener una oferta de "premio especial" con una aguja afilada (en este punto recomiendo el siguiente vídeo, para que el maravilloso acento italiano con el que se habla de esta oferta de precio especial sea aún mejor en el lugar).

La oferta especial durante seis semanas es de 380 euros por moto, no tiene ninguna a la venta. Otro HM, seguimos adelante. En las tres últimas direcciones a las que acudimos, ya no se encuentran alquileres. Nuestras espaldas no están demasiado mal, nos acercamos al islote de Ortigia, principal atracción para turistas e interesados de todo tipo, y me parece muy agradable que siempre haya pequeños bancos donde disfrutar de la vista de la mejor manera posible.

Luego cruzamos un pequeño puente y en poco tiempo estamos en Ortigia, la primera calle hacia la plaza de la catedral, que, como en Múnich en el viaje de ida, resulta ser una oportunidad para hacer compras de lujo. Poco interesante para nosotros, seguimos recto hacia la catedral, la calle se estrecha, por todas partes hay pequeños pubs, tiendas de recuerdos y restaurantes, incluso en las calles laterales, estudiamos los menús y no acabamos de decidir si parar aquí o no. Es bueno que esperemos hasta llegar a la plaza de la catedral.

Justo enfrente de la catedral encontramos un acogedor restaurante con comedor al aire libre, hace tanto calor que incluso buscamos un sitio a la sombra. Tras estudiar detenidamente el menú, nos decidimos por una fuente de "frutti di mare" y lo que nos sirven es tan delicioso que disfrutamos de cada bocado, también por la buena comida italiana que hemos elegido este lugar de invernada.

Mientras terminamos nuestro café expreso, miro mi teléfono móvil, que también contiene un podómetro, y me sorprendo al ver que ya hemos caminado 5 km hoy y que mi espalda ha recibido una buena paliza. Volvemos a hablar de las bicis y llegamos a la conclusión de que realmente no las necesitamos, es caro, necesitaríamos equipamiento adicional como buenos candados y si sigue como hasta ahora o mejora, podemos prescindir de ellas.

Seguimos paseando por la preciosa tarde, un selfie muestra que vuelvo a tener una ligera quemadura de sol, es 5 de enero, increíble.

Nos gusta Ortigia, hay mucho que descubrir aquí, sin duda pasaremos mucho tiempo aquí y disfrutaremos de la vida italiana.

A primera hora de la tarde estamos de vuelta en casa con 9 kilómetros en el reloj y bastante cansados.



 
 
 

4 Kommentare


brigitte.roser
brigitte.roser
06. Jan. 2023

Habe eben mal die Karte von Sizilien angeschaut, wo der Ausflug war, den Du beschreiben hast und dann, wie weit Ihr weg seid von Trapani, wo ein Freund von uns lebt und unterrichtet (Piano). Tatsächlich seid Ihr rechts unten und er links oben, ein ganz schönes Stück weit.. Trotzdem, vielleicht kann es irgendwann noch einmal hilfreich sein, den Kontakt herzustellen. Herzliche Grüße

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maike_buchholz
06. Jan. 2023
Antwort an

Ich habe vor unserer Reise nicht gewußt, wie groß Sizilien ist. Von Messina, wo wir ja die Insel betreten haben bis nach Syrakus sind es selbst mit dem Schnellzug noch 4 Stunden. Es ist nicht sehr wahrscheinlich, dass wir es bis nach Trapani schaffen, gut jedoch zu wissen, dass es einen möglichen Kontakt gibt.

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brigitte.roser
brigitte.roser
06. Jan. 2023

Liebe Maike, beneidenswertes Wetter und Meeresfrüchte… Weniger schön die Rückenschmerzen. Ich wünsche Dir sehr, dass das Spazieren, die Sonne und Dehnen helfen werden! Nichts braucht man weniger in einer solchen Zeit als Bewegungseinschränkung…

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maike_buchholz
06. Jan. 2023
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Ich bin sehr zuversichtlich. Dr. Amato und ich werden es möglicherweise gemeinsam richten.

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